Día 27: Después de dormir solo
cuatro horas, que se disfrutaron a full si tengo en cuenta lo mal que descansé
en el bus, me cambié y me fui a tomar el bote que me llevaría hasta Pratunam,
el paraíso de las compras. Porque eso es lo que es esta ciudad, el paraíso de
todo aquel que quiera conseguir lo que tenga en la cabeza. Todo es posible. Cuando
llegué al sitio, tras recorrer el canal y ver el lado pobre de la ciudad que
vive junto al canal me di cuenta que levantarme no era necesario, llegué cerca
de las 8.00 hs y hasta las 10.00 hs los principales shoppings no abrían. Por
eso me fui para el sitio del mercado. Desayuno rápido en Mc Donald’s y a
conocer un poco la movida y la oferta. Al principio no todo estaba abierto pero
en lo poco que vi pude ver que los precios no diferían mucho de lo que me
ofrecían en Khao San. Solo las artesanías estaban bastante más baratas que en
otros sitios. Un monedero que salía 100B en el centro aquí te salía 30B. Así
como esas muchas cosas. Pero primero quería comprar otras cosas para mi
hermanita y sobrinita. Por eso, como me había indicado Gustavo, me fui para el
Pantip Plaza, pero faltaban 20 minutos para que abra así que terminé en el
Platinum Plaza. Todos edificios monstruosos donde cada uno podría perder un día
buscando entre las ofertas y otras no tantas de estas tiendas. Luego de pasear
por los siete pisos entre los cuales había cuatro para mujeres, uno para
hombre, otro para niños y souvenirs y el último para comer. Siempre para las
mujeres mucho más, es que también se relaciona que busca la combinación posible
en todo lo que viste, y este lugar puede ser el paraíso de las compras para
cualquiera. Cuando se hizo la hora y después de comprar un regalito para mi
sobrinita que me está esperando para nacer, la Pili, me fui al Pantip para
buscar los regalos de las cotorritas diría papi. Eso si que podría ser una
pérdida de cabeza para la mayoría de mis amigos. Portátiles, cámaras de fotos,
discos externos y miles de artefactos para comprar. Busqué mucho hasta que me
decidí por el regalo y lo llevé. Ahora debía volver a la amansadora tarea de
comprar con regateo a los puestos de ropa y eso, pero cuando terminé me di
cuenta de que podía haber sido mucho peor. Salí cargado de bolsas, pero gracias
a una señora que me dio una más grande pude meter la mayoría y se complicaba
menos. Luego me fui al Central World (Mundo Central) y bien puesto tiene el
nombre. Una cuadra entera parece, pero con más de 50 m de alto. Miles de
negocios de todos los rubros, siempre predominando para mujeres pero aquí
muchísimo más variado. 7 u 8 pisos también más un estacionamiento subterráneo
de grandes dimensiones. Cuando pensaba que no iba a encontrar nada interesante,
vi la Kinokuniya Book Store o tienda de libros, con miles de tomos de comics
japoneses y revistas especializadas. Ahí no más no pude con mi genio y me
compré algunas cosas. Más tarde fui a un lugar especializado para comprar más
regalos. Ya cansado de caminar me fui a tomar el bote para pegar la vuelta. De
camino pude comprar ananá a precios razonables (10B). Ya me había quemado casi
$1000 y todavía necesitaba comprar más regalos y un bolso para llevarlo, así
que cambié más dinero y salí de compras de nuevo. Cansado de acarrear bolsas y
de regatear precios complicados me volví para acomodar todo dentro de un
bolsito que me terminó quedando medio chico. Al rato me salí para llamar por
teléfono a la familia. Hablé con mis abuelos Chiquito y la Nona Tona que se me
largó a llorar de lo emocionada que estaba, casi me muero. Y después llamé a
casa y pude charlar con los cinco, me faltó la Pili no más, que espero me
espere para salir de la panza. Más tranquilo y contento salí a comer para
probar la comida del KFC (Kentucky Fried Chicken) una cadena americana onda Mc
Donald’s pero con carne de pollo. Muy bueno estuvo, y además conseguí mi
gorrito de la tribu del norte de Tailandia. Feliz y lleno me vine a la pieza
con aire acondicionado a chatear y dormir un rato. Por cierto, no sé por qué
pero soy el único occidental, todos los demás japonenes, coreanos, chino e
Indonesia.
Día 28: Hoy la mañana está siendo súper tranquila. Más
cuando me di cuenta que realmente no me quedaba un día en la capital, si no
dos. El calor que se siente en el cemento es terrible es por eso que parece que
hoy solo será pieza con aire, compu con música y algún librito para leer. Todo
lo anterior lo había escrito esta mañana (10/05/12). Cuando estaba en la PC
analizando con mi papá las cosas que podía hacer me dije, hay lugares
increíbles que no fui a ver ni tampoco anduve en sky train, y eso no me lo iba
a perdonar. Así que me cambié y salí de nuevo para Pratunam. Tomé el bote como
el día anterior, recorrí las estaciones necesarias, y cuando me bajé pasé por
el lado del Central World y comencé a ver esas rutas “aéreas” que se levantaban
por el cielo y cruzaban la ciudad de un lado a otro esquivando los colosos
edificios de cemento. Hacía 5 minutos me había bajado de un bote que tiene un
siglo casi, para tener que subirme a un sky train (tren del cielo) que solo
tiene 5 años de edad. Y todo pagando lo mismo que el bote. Pregunté donde
quedaba la estación, saqué mi boleto y me subi. Es como ir en un subterráneo de
Buenos Aires, pero la gente te respeta para bajar y subir, y con el aire
acondicionado te congelás. Llegué a mi estación Asok, donde podría ir a conocer
el Terminal 21, un shopping que asemeja a una estación aérea donde cada piso es
una ciudad del mundo y como tales están totalmente ambientadas en todo. Una
locura. El primer piso era el caribe luego Roma, Paris, Tokyo, Londres, Estambul,
San Francisco, Pier 21 y por último Hollywood, donde están todas las
exhibiciones de películas en los cines. Sinceramente era un lujo ver el laburo
que había puesto en ese lugar, a la larga uno terminaba perdiéndose entre tanto
pasillo y demás, pero es que todo lo que había valía la pena conocerlo. Hasta
los baños estaban ambientados dependiendo la ciudad, los trajes de la
seguridad, todo. Era increíble. Cuando ya me cansé de caminar bastante, me
volví a tomar el tren aéreo para ir al Central World a comprar algunas cosas.
Tras perderme dos o tres veces, ya que el edificio está dividido en cuatro
shoppings interconectados lo que hace que todo sea complicadísimo, llegué donde
quería, compré y me fui al mercado de Pratunam a comprar los últimos regalitos.
Me tomé el bote de nuevo, compré mi ananá en la Th Ratchadamnoen y me vine de
nuevo al cuarto para estar con aire y esconderme del calor de Bangkok. Salí
obviamente para comer, y como los últimos días vivo en los negocios de comida
rápida, así que si había bajado unos kilos, estoy trabajando para subirlos de
nuevo. Ya en la pieza listo para noniar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario