Día 22: Noche complicada para
dormir. La baja tensión de luz hizo que durante la madrugada varias veces se
corte la energía y se complicaba sin el ventilador, encima eran las 10.00 hs y
la misma seguía cortada. La mejor opción fue despertarse y lavarse la cara con
la mejor agua, la del mar. Un rato de nado y un poco de sol para arrancar el
día de una manera muy relajada, como todos los días para no salir de la rutina.
Como los chicos no me habían llamado y yo no tenía ganas de molestar me fui a
“desayunar” pollo asado con arroz (45B) y cuando salía e iba para 7-11 y me los
encontré a Beto con Nano, así que me fui con ellos hasta la casa de Gus, donde
ellos paran. Mi amigo “curraba”, como ellos le llaman al trabajo y a lo que
nosotros si le llamaríamos curro, mucho trabajo tenía así que estuve poco rato
y decidí que lo mejor era agarrar mi moto e ir a alguna playa de la cercanía.
Para salir liviano esta vez no llevé mi mochila, solo en toallón en el guarda
equipaje y las cosas de valor en una bolsita. Me decidí finalmente por Haad
Salad. Luego de subidas y bajadas, y de recorrer unos 4 km más o menos, bajé a
la playa, tomé algunas fotos para los que quieren verlas, dejé mis cosas y me
fui al agua, siempre teniendo cuidado de los corales ya que mis pies tienen más
heridas que Frankstein. Todo venía bárbaro y se empezaron a escuchar ruidos,
pensé que eran los motores de algunos botes, pero terrible tormentón se estaba
viniendo. Como pude junté mis cosas, busqué la moto y preparé la vuelta. Acá se
viene tormenta y correte, porque las palmeras se mueven para todos lados,
parece que se van a caer, el viento levanta tierra y el agua hace la ruta
patinosa. Llegado al alojamiento y con un viento hermoso que soplaba decidí
darle una oportunidad a una novela que había cambiado en Pai por una guía,
trata sobre la historia de Ramses y Moisés en Egipto, así que tirado en la
hamaca me leí varios capítulos. Más tarde saqué mi computadora afuera para
tener mejor señal y aprovechar el vientito y me puse a mirar videos sobre las
cuestiones políticas que llevaron al fin de la ex República Federal de
Yugoslavia. Muy interesante, me colgué varias horas a veces interrumpiendo para
poder hablar un poco con la familia y amigos, y para ir a buscar algo de comer.
Día demasiado tranquilo.
Día 23: Temprano ya tenía todo
pensado para este día, al menos por la mañana. El plan fue tomar la moto e ir
hasta el pueblo más grande de la isla, Thong Sala. Ahí la idea era buscar
diferentes precios de musculosas con colores bien llamativos. Pregunté
bastante, recorrí varios lugares y luego de regatear un poco conseguí algo por
unos 150B. Ahora lo que necesitaba era encontrar alguna peluquería que no me
mate para raparme los pocos pelos que me quedan arriba. Una me quiso cobrar
200B, y pagar más de $30 ni mamado. Saliendo del pueblo encontré una viejita
que por 100B me rapó, me pasó la navaja debajo del cuello y encima te hacía
como masajes en la cabeza. Muy bueno, así que ya estaba listo para la FullMoon
Party de esta noche en la playa este de Had Rin. Con mi nuevo estilo a lo
Chevantón, me fui a visitar a mis amigos a la casa de Gus, el cual estaba fuera
hablando por teléfono. Lo esperé y a los minutos llegó el resto de la peña.
Habían ido a comprar para hacer unas auténticas tortillas españolas y me
invitaban a comer con ellos. Lo que extrañaba una buena tortilla. Antes me
decidí en ir a devolver la moto para no seguir usándola, prefería caminar si
era necesario, para poder hacer algo de ejercicio al menos. Nano me acompañó
para luego traerme de nuevo a la casa. Pagué a quien me la rentó unos 540B por
tres días de uso y dos botellas de gasolina. Cuando busqué a Nano que había ido
a buscar pitis (cigarrillos) para Alberto, vi que estaba mirando un negocio con
ropa de segunda mano, o usada, y había remeras comunes por 35B (unos $5
argentinos). Entre ellas una blanca original del Real Madrid de entrenamiento
con el dorsal de Beckham que no dejé pasar a pesar de no tener la más mínima
simpatía. De regreso en la casa, escuchamos un poco de música mientras la peña
cocinaba y Gus estaba al teléfono por temas del curro. El olor que venía de la
comida imaginaba una gran tortillas, o dos en este caso. Además Nano se mandó
dos ensaladas de lechugas, tomate, pepinillos, y mayonesa con queso y atún. Con
lo último para mi lo arruinó, pero con dos tortillas gigantes se pasó. Comimos
eso hasta reventar y al rato comencé a caminar de regreso. Había hecho bien en
dejar la moto, tenía que bajar lo que comí. Cuando llegué el cansancio después
de la comida fue más fuerte y viendo que el día estaba nublado me quedé en el
bungaló descansando para ir a la fiesta. Este era a la vez un día muy especial
ya que mi hermanita Avril cumplía años y yo no estaba ahí para saludarla, por
eso fui a llamarla por teléfono. Escucharla fue algo hermoso y me agarró ganas
de volverme como sea, pero faltando tan poco solo debía aguantar un poco más.
Hable también con mis padres y después con mi abuela Mary. Como extraño a toda
mi familia y amigos. Ya cerca de partir para la playa, llamó Gustavo para
decirme que me pasaba a buscar, fuimos al 7-11 y compre un par de Chang. En la
casa la peña estaba mirando algunos videos por internet y al rato con Nano nos
fuimos a tomar un saengthaew, el taxi del pueblo. Alberto estaba tirado
durmiendo y dijo que al rato iría en moto. Nos salió 100B cada uno hasta la
playa, camino largo y apretado en la cabina con el conductor porque en la parte
de atrás había más de diez personas. Cuando llegamos vimos que todo comenzaba a
ser una locura. Remeras de todos los colores, gente pintada, y mucho alcohol.
Lo que generalmente son los buckets, pequeños baldecitos donde se pone una
petaca de Song Saem, el ron tailandés, coca o alguna otra gaseosa y Red Bull.
Compramos uno a media con Nano y encaramos para la fiesta. La entrada a la
fiesta salía 100B lo que no estaba tan mal. Dentro de la fiesta, en la playa,
abundaban los bares que vendían más alcohol y los escenarios donde la gente
bailaba sin parar. En la “pista” había hasta un sector para que aquellos que no
se mantenían en pie puedan dormir, la “Sleep Zone”. Cada tanto paraban de
bailar para ir al baño natural, ahí no más en el mar. Fiesta, baile, música,
color, y alrededor de 5000 personas bailando en la arena. La vuelta fue
tranquila, lo que me acuerdo. Subimos a un taxi por 200B cada uno, no
conseguimos mejor precio y parados fuera de la camioneta veníamos. Cuando hubo
que bajar pegamos un grito y ya. A dormir.
Día 24: Desparramado en la cama
no entendía nada. El efecto del ron se sentía. En mi celular tenía llamadas
perdidas de Gus y un mensaje. Había venido a la playa, dejado las cosas afuera
y ni me había enterado. Más tarde me llamó para que vayamos a la playa de Ko Ma
para hacer snorkel, así que cuando estuvo listo me pasó a buscar con su moto. El
camino era largo y empinado, pero luego de 15 minutos en moto llegamos a ese
paraíso natural perdido en el norte de la isla. Mientras Alberto y Nano comían,
con Gustavo nos fuimos a hacer snorkel. Miles de peces de colores varios y
formas, uno más lindo que el otro la verdad. Y las formas de las rocas debajo
del mar también son muy hermosas. Ya cansado un poco, y con hambre me fui a
comer a un bar que estaba cerquita y tenía buenos precios. Un plato de macaroni
con salsa y queso por unos 70B y luego una ensalada de frutas por 50B. charla a
la orilla del mar, tirado en la arena, y más tarde cuando los que estaban en el
agua salieron me volví al bungaló para descansar un poco. Tarde tranquila en la
compu. Cuando me agarró hambre me fui y compre un panqueque con banana y
nutela, y atrás me comí dos hamburguesas de pollo. Un animal. De nuevo en la
pieza me relajé en la hamaca y traté de ver un poco de tele por internet, o
leer los diarios para estar más o menos al tanto de las noticias de mi país. Solo
salí de nuevo para comer por la noche un riquísimo Massaman curry, el último de
mis días en Ko Phangan, y creo el mejor plato tailandés que comí en mi viaje. Hablé
un poco con mi amigo del restó y me vine a descansar y ver futbol por internet.
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