Día 25: El día comenzó a full en
la playa. No más levantarme me fui para ahí a nadar un rato. El agua estaba
increíble porque a pesar de hacer calor no se había calentado tanto. Al rato
salí para acostarme un rato en la arena y tomar un poco de sol, pero a la media
hora el mismo estaba fuertísimo así que lo mejor fue ir a darme una ducha y
buscar algo para desayunar, aunque era casi el mediodía. Me compré un zumo y
unas obleas. Cuando iba camino a la pieza de nuevo, me cruzó Gus que iba a
comprar algunas cosas también así que lo acompañé y luego fuimos a su casa a
hablar un poco. El resto de la peña había ido al pueblo de Thong Sala a hacer
compras. Al rato me devolvió a mi alojamiento y estuve un rato en la PC hasta
que me agarró hambre y fui a comprar una hamburguesa para comer. Al regreso me
fui a leer un poco a la hamaca ya que había viento pero no tanto, es por eso
que pensé que sería mejor aún leer tirado en la arena. Agarré mi toallón y me
tiré un rato hasta que los párpados empezaron a pesar más que mis ojos y me
quedé dormido. Habré estado casi hora y media tirado ahí, cubriéndome de la
arena que levantaba el viento solo con mi libro, y un perro al lado
custodiándome. Realmente me di cuenta que era hermoso eso, el suelo se acomoda
a la forma de tu cuerpo mientras tu descansas sin que lo que ocurra alrededor
importe demasiado. Cuando me volví de mi siesta estaba hablando con la familia
hasta que me llamó Alberto para venir a la playa, así que hasta ahí fuimos de
nuevo. Hablamos mucho y hasta mirábamos estrellas y planetas con un programa
del celular de él. Increíble. Habíamos quedado en comer, así que me fui a
cambiar y esperamos que Gus nos diera el OK para ir al restó de buffet libre,
pero dijo que estaba complicado así que nos fuimos los dos no más. Cuando
llegamos nos pusieron la parrilla en la mesa y podíamos tomar toda la comida
que queramos para comer. Carne de pollo, cerdo, panceta, langostinos,
calamares, bolas de carne, verduras y salsas de todo tipo, huevos de gallina y
codorniz, todo una delicia. Nos pusimos a cocinar la carne y al lado se formaba
una sopa con el caldo que caía más las verduras que estaba genial. Cuando
comíamos llamó Gustavo para decir que estaba yendo para ese sitio, así que los
tres empezamos a comer de todo, acompañado por unas Chang, infaltables. No
salió caro, cada uno 200B con la bebida. Al regreso Alberto vino a la cabaña y
estuvimos escuchando música thai y viendo videos de Yayo y su cuarteto obrero,
se pasó. Al rato él se fue y yo me fui a dormir.
Día 26: Mi último día en la isla iba
a comenzar de la mejor manera. Bien temprano sonó la alarma del reloj, más
precisamente a las 6.00 hs, todo para ver al equipo de mis amores, Colón de
Santa Fé. Nada podía comenzar mejor que con un gol del charrúa Alcoba a los 2
minutos de juego. Que hermoso, se venía venir otra victoria, y claro, si no
estoy en Santa Fe ganamos seguro. Si llegamos a perder después de que llegue me
rajan a patadas de la ciudad. Por suerte terminamos ganando 2 a 0 aunque podría
haber sido por más. Faltaba poco ya para irme, seguí mirando un poco de deporte
por internet y hablando con la familia. Más tarde fui a desayunar algo y cuando
volví Alberto me llamó para arreglar a que hora me llevaba al puerto a tomar mi
bote. A la hora que habíamos acordado, él aún no aparecía y de Gus no había
tenido noticias así que me tomé un taxi por 100B al puerto. A los chicos no los
ví. Cuando llegué había cientos de extranjeros como yo, debíamos entregar el
ticket y nos ponían un pequeño sticker en el pecho para identificar el destino.
Mi destino era Bangkok, pero otros también iban a Koh Tao, Koh Samui, Krabi y
otras tantas islas. Llegó nuestro barco al rato de estar ahí y comenzó la
travesía. Bebés llorando, minas borrachas que eran peor que los nenes, y otras
cosas que hicieron que el tramo hasta el puerto haya sido medio insoportable. Por
suerte el libro se podía leer cuando no me dormía. Llegamos y las mochilas
estaban todas desparramadas y pasamos un buen rato para encontrarlas. Cuando bajamos
ya con el equipaje tuvimos que caminar un rato hasta el lugar de donde íbamos a
tomar el cole. Para comer, nos salía un sanguche de jamón y queso 60B, el agua
chica 20B, las papas fritas Lays 40B, y para ser Tailandia es un afano. Cuando
subimos al cole, la gente que subió última se tuvo que sentar en el suelo, o
sea que una hora más viajando incómoda. Solo una hora porque nos llevaron hasta
Surat donde teníamos que esperar otra hora y media para tomar otro bus. Más comida
cara y ahora nos cobraban hasta el baño. Llegó la hora de subir y nos
acomodamos. Apretados, como nunca viajé con cole lleno así que estaba en el
fondo durmiendo un poco más arriba de un gringo. Solo paramos cerca de la
medianoche para comer, si se podía pagar. El colmo que una bolsita de ananá
salga 50B, una locura sabiendo lo que a ellos les sale. Pero bueno, estábamos
ahí y era el único lugar hasta llegar a Bangkok. Le llegada fue cerca de las
4.00 am y por suerte nos dejaron a un paso de Khao San Rd. Por suerte el dormitorio
donde me quedaba antes no descansa así que a esa hora conseguí cama. A dormir.
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